Hay que saber perdonar
- Bully Out
- 8 nov 2019
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 12 dic 2019
Vivo en Colombia, y creo que en mi época de estudiante había una mentalidad muy cerrada. Esto por suerte ha ido mejorando, pero en aquél entonces no se hablaba de temas como podían ser la sexualidad u otros temas familiares.
Considero que sufrí bullying.
Siempre estuve en un colegio militar donde la primera norma era la Ley del más fuerte. Al pasarme a un bachillerato mixto noté que el adaptarme fue difícil: si alguien se metía conmigo, yo solía acudir a la violencia física, creyendo éste un método de defensa. Poco a poco, y acudiendo a terapias psicológicas, fui aprendiendo a canalizar esa ira que tenía hacia los demás. De repente, en vez de agredir, practicaba mi tolerancia.
Considero esa etapa como perdida porque llegué a aislarme mucho del colegio. Vivía en una pesadilla que me tocaba superar con perseverancia, mucha paciencia y creando diálogos. Este periodo me afectó incluso en el futuro, por ejemplo en forma de pesadillas, creando en mi persona mi miedo a ser rechazado.
No era el único que sufría de abuso escolar, recuerdo muchos casos, como el de un chico que recientemente había dicho que era homosexual. Le hacían bullying en el colegio y probablemente también en casa.
Otro caso que conozco es el de mi primo, que por el hecho de ser obeso mucha gente se metía con él. Su manera de olvidarse de todos esos comportamientos externos era el mundo geek, allí encontró su refugio.
Fue una experiencia desagradable, pero creo también que todo lo que viví me ayudó a explotar mi potencial máximo, y a descubrir que en momentos de mucha presión e intensidad soy capaz de sacar lo mejor de mí. Para explicarme mejor, contaré un momento por el que viví. A la hora de presentar mi tesis de grado, resulté hacerlo mejor que nadie, y me vi rodeado por una ola de admiración que nunca había sentido. Quiero decir que creo que cada uno tiene unas cualidades increíbles que hacen de cada uno una persona extraordinaria. Estas cualidades pueden cambiar la percepción de los demás con respecto a uno, aunque siempre defendiendo lo mejor de sí.
Esa experiencia me ayudó para coger confianza y para echar de mi vida a todas esas personas que fueron tóxicas para mí. De repente muchos de los que me habían hecho bullying querían contactar conmigo pero decidí dejar a esas personas en el pasado, pues mi presente y mi futuro estaban en su mejor etapa.
Una de las recomendaciones que daría es acudir a personas que te puedan ayudar y confiar en ellas contándoles lo que te pasa, puesto que ellos tal vez pueden llegar a concienciar a los acosadores de que eso está mal, que es lo que ocurrió en mi caso.
La ayuda externa funciona muy bien porque hace que tanto la víctima como los acosadores descubran que somos personas con sentimientos. Nos permite acercarnos y comprendernos los unos a los otros
Otra recomendación es el saber perdonar. No es fácil, pero tampoco es imposible. Yo lo logré gracias a amigos que han trabajado en terapias y procesos de sanación. Me enseñaron a buscar otras alternativas de comprender mi vida y mi entorno social. Sé que hay gente que es negativa a la hora de pedir y recibir ayuda, pero creo que es una manera de tener más confianza en uno mismo.
A lo largo de mi vida me he encontrado con gente que ha sufrido bullying, la mayoría de las veces peores que el mío, y he descubierto que me gusta mucho ayudar y dar confianza en los demás porque creo que realmente hago un aporte muy bueno para la vida de esas personas. Es una manera de ayudar que normalmente no pensamos en él, pero que puede llegar a ser crucial para esa otra persona.
También puedes buscar cosas de la vida que te ayuden a sanar, como es el caso del arte para mí.
El arte es una herramienta súper poderosa que puede ayudar mucho a sanar.
Creo que mi experiencia con el bullying, como otras experiencias de amigos cercanos, me ponen en una posición de querer acabar con el acoso que hay en la sociedad. Es un periodo que no solo se sufre en el colegio, sino que muchas veces en nuestra propia familia también, y se logran mejores resultados aprendiendo a escuchar.
Espero que mi historia pueda ser de gran utilidad para poner un alto al bullying.
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