Las personas nunca son lo que parecen, sobretodo en una sociedad en la que ciertos seres eligen qué tipo de persona eres, y en esta sociedad nos encontramos a una niña de doce años que siempre ha estado callada, que es muy tímida y a la que han empezado a marginar cerca de sesenta niños, durante el viaje de estudios, es decir, en la primera semana sin padres.
Durante los primeros días, destacan comentarios como “Como no te cambies de habitación te voy a tirar el colchón por la ventana para que duermas con los perros”, “Nadie te quiere”, “Eres una acoplada” o “Pareces una rana” (este último acompañado del gesto imitando al animal mencionado). Todos estos comentarios y actitudes la niña no los había vivido antes, pero empezaron cuando la chica que estaba jerárquicamente posicionada como la reina decidió actuar en contra de ella.
Durante una de las últimas noches, se encontraban todas las chicas en la habitación charlando en un círculo cerrado y dejando a la niña sola en su colchón apartado, aunque ella podía oír que claramente estaban hablando mal de ella, pero con un nombre cambiado. Tras miradas dirigidas que le confirmaron que la protagonista de sus comentarios era ella, se levantó, dijo con una voz clara “Si vais a hablar de mí, al menos usad mi nombre” y se fue al baño a llorar, porque pensaba que había hecho la mayor estupidez de su vida.
Dos años más tarde, en clase de Religión la profesora había pedido a los alumnos que comentaran algo bueno de algún estudiante. Una chica llamada Analía pidió el turno de palabra y se dirigió hacia la niña, la cual se encontraba sorprendida porque no se esperaba que esa chica pudiera decirle algo. En ese momento la sorpresa fue mayor, ya que lo que dijo Analía fue “Emma, ¿Recuerdas esa noche en el viaje de fin de curso cuando hablábamos de ti y tu dijiste que usáramos tu nombre? Nunca me había esperado que fueras capaz de decir eso, y me sorprendió lo valiente que fuiste”. Y aunque la niña el día de lo ocurrido se pensara que lo que hizo fue una estupidez, tras oír ese comentario se dio cuenta de que tenía algo dentro de ella que quería salir sin importar lo que pensaran los demás, porque el día del incidente fue el día en el que Emma empezó a plantar cara a las injusticias, a denunciarlas.